viernes, 29 de noviembre de 2013

Vida en el arrecife

“Las huellas del paso de los peces loro se detectan fácilmente en los corales, y su presencia se puede percibir desde lejos, ya que el sonido de sus picos en las madréporas es tan claro que un oído afinado podría incluso distinguir el tamaño del pez que trata de alimentarse. Los adultos producen un sonido más apagado y prolongado que el de los espécimenes jóvenes, más rápido y nítido. Los Pomacéntridos son quizá los herbívoros más especializados y establecen un vínculo nutricional especial con su territorio. Favorecen el crecimiento de una cubierta que impide la expansión de las algas incrustantes y corales esenciales para la estructura del arrecife, que en ese punto tenderán más a separarse. Los peces influyen asimismo en otros aspectos de la vida del arrecife, tales como la fijación de nitrógeno o las poblaciones de animales menores que dejan una capa base de algas rojas que sirve como refugio para formas más jóvenes de muchos invertebrados, que no por casualidad abundan más en estos “jardines privados” que en ninguna otra parte. Para lograr este resultado, los Pomancétridos destruyen sistemáticamente los pólipos de los corales presentes en su territorio y después lo defienden fieramente contra otros peces con hábitos de alimentación similares. Aunque las algas pueden parecer por su simplicidad víctimas predestinadas de todo herbívoro, se ha descubierto que poseen también sistemas de defensa especiales. Entre las más comunes se puede mencionar la calcificación de las frondas o la producción de sus rancias tóxicas que actúan selectivamente sobre diversos depredadores”. 

Fuente:
Guía del mundo submarino

No hay comentarios:

Publicar un comentario