13ª PARTE
¿Alguna vez se les ha roto el corazón al ver la destrucción de un paraíso? Es una sensación horrible.Foto Cyana Todo Buceo
Cuando conocí Mahahual hace 8 años, existía sólo un hotel restaurante famoso en el lugar el “Hotel 40 cañones” y todos los demás, que eran muy pocos, tenían lo básico e incluso la mayoría no manejaba alimentos.
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No había luz en la calle principal que era de arena, para llegar al faro tenías que caminar como 3 kilómetros desde el Hotel Arrecife que fue en el que me hospedé en ese entonces.
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Mahahual era un sitio limpio, con nada de ruido, lo que escuchabas era el viento soplar entre las palmeras y si a caso una que otra ola al romper muy cerca de la arena.
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Un mar prístino lleno de vida que al no conocer al humano se acercaba mucho a ti. Un mar profundo en mucha de sus áreas pero el arrecife estaba a nada de la playa. Los servicios de buceo eran escasos.
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Contaba con una sola tienda como súper “cerca” de los hoteles.
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No había casi nada, la población vivía tierra adentro en una comunidad amena, amigable de muchos extranjeros que residían ahí. Una sola tienda de recuerdos en lo que era un pedazo de calle adoquinada que llevaba al faro. Es más, había un restaurante “Hard Rock” cerrado junto al faro porque había quebrado al no tener gente.
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En aquel entonces, la población esperaba ansiosa la llegada de los cruceros, ¡qué desgracias para el lugar! Hoy está lleno de ruido, de basura, de animales callejeros, de alcohol, de camastros donde llegué a contar 160 en un espacio súper reducido, ni siquiera con la comodidad de espacio, horrible, terrible la situación.
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Cruceros anclados y otros en camino del muelle durante el amanecer, si en superficie se escuchan los motores ¿pueden imaginar el impacto que esto ha ocasionado a la fauna y flora bajo el mar además de la cantidad de contaminantes como combustibles, deshechos de los cruceros y de la población que ha crecido sin ninguna planeación?
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Tratamos de coordinarnos con Oscar lo que fue imposible así que cenamos en el sitio que vimos más decente, qué sorpresa fue, era el restaurante del “Hotel 40 cañones”, aquel que hace 8 años se veía en la nada y a kilómetros del hotel Arrecifes. Este fue el momento decisivo para cancelar definitivamente los dos buceos planeados, no teníamos la intención de ver la devastación del arrecife y decidimos ir a conocer Cobá por lo que organizamos los horarios y ruta para el día siguiente.
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Traté de caminar para encontrar el Hotel Arrecife pero fue imposible, entre más caminaba seguía viendo construcciones, basura, destrozos. Definitivamente regresamos con nuestro anfitrión y dueño del “Sorez” Edgar Díaz. Pasamos la noche tranquila pero impactados de todo lo que vimos, decidimos levantarnos muy temprano para poder ver el amanecer, desayunar en el café que Enrique nos había recomendado y salir corriendo de ahí rumbo a Tulum para llegar a “Meli-Melo P&B” y a Cobá.
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