La increíble capacidad de nuestra mente para recordar

Sentada en un lugar completamente distinto, leyendo y copiando las palabras del libro, puedo recordar las aventuras vividas en Islas de la Bahía con una sensación maravillosa, más aún volviendo a vivirlas, recordar el hotel tan hermoso al que llegamos, no era de lujo, nada que ver con ello, pero tenía una hermoso muelle, al final de este una hamaca cubierta por un techo, al columpiarte en ella podías sentirte volar sobre el mar que estaba abajo, viendo un atardecer increíble.

Foto Iván Salazar

También por qué no recordar las peripecias vividas durante esos días, mi singular accidente, un raspón nada grave contra el tubo de una manija y que al paso de los días se convirtió en una peculiar infección, de mis compañeros al irse de “juerga” la última noche y digo de ello pues yo estaba junto con mi nueva amiga y el instructor de buceo, sentados en la cama de mi habitación tratando de curar la herida que me había hecho a bordo del barco y que por ser alérgica a diferentes medicamentos nos preguntábamos qué más hacer además de lavarla.

Foto Cyana Todo Buceo

Esa mañana siguiente donde teníamos tiempo para poder visitar algo del lugar, tomarnos una foto en tierra firme. Me ha puesto en el sitio, recordando muchos detalles que no tenía ya presentes, ha sido de nuevo viajar a las Islas de la Bahía.

Foto Cyana Todo Buceo

Yared Lazarín