La increíble capacidad de nuestra mente para recordar
También, el último día cenábamos en un excelente restaurante en Roatán, de madera con un piso de madera sin sellar las ranuras entre viga y viga que permitía ver el mar debajo del mismo, con una elegancia peculiar para el lugar, la cocina deliciosa, el menú era variado y de toda clase de mariscos. Al finalizar la cena pues había que pagar, cuando una pareja saca su tarjeta de crédito y no la coloca bien en la pestaña de la carpeta, ésta se desliza por la misma y con la suerte que entra por la ranura de la viga cayendo al mar, como deslizándose por la terminal punto de venta, la suerte no pudo ser más exacta; entre la desesperación de los dueños de la tarjeta y los meseros por querer cobrar, el ambiente se puso tenso, la tarjeta la pudieron recuperar al día siguiente ya que flotó dentro de una corriente circular debajo del restaurante.
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Foto Iván Salazar |
Yared Lazarín
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