martes, 7 de agosto de 2018

Holbox Lugar de gentiles gigantes (6a PARTE)

Al estar ya en el sitio preciso pudimos ver muchísimas medusas en el agua, se veían increíbles pero la pregunta obligada era si ellas pertenecían a la familia de las venenosas, para nuestra tranquilidad nos dijeron que no, que eran inofensivas. Fue una experiencia gelatinosa y muy divertida.

Foto Internet

Personalmente siempre me ha gustado el agua y nado bien desde que tenía 8 años, para este viaje ya tendría unos dos años buceando así que el uso de visor, snorquel y aletas me era muy familiar.

La embarcación se adelantaba a la trayectoria del Tiburón Ballena para su encuentro y nos decían cuando lanzarnos, no tuve duda alguna para lanzarme a su encuentro, el primer salto fue sorpresa para mí, de la emoción se me olvidó como respirar por el tubo del snorquel, buen trago de agua que me di.

Foto Yared Lazarín M.

Uno ve a los Tiburones nadar lentamente pero cuando estás ahí dentro con ellos te falta velocidad para alcanzarlos y por supuesto si ellos deciden que no te quieren cerca, basta un aletazo con su enorme y poderosa aleta caudal para que te dejen muchos metros detrás.
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Foto Yared Lazarín M.

Fuimos pasando de par en par; para mi segundo salto, creo le caí bien al capitán y a uno de los marineros pues se acercó a mí y me dijo “no te lances antes, espera a que veas su cabeza, les gusta mirarte para saber dónde estás, así te dejarán nadar junto a ellos”, el capitán posicionó la embarcación… hasta hoy no puedo agradecer suficiente el concejo, pude tomarle videos, fotos y duró un rato la nadada.


Foto Yared Lazarín M.

Vídeo Yared Lazarín M.


Salí muy emocionada pero cuando traes una cámara pierdes mucho de todo lo que pasa alrededor así que mi hermana me sugirió que para mi último intento dejara la cámara, que ya había sacado videos y fotos así que lo disfrutara.
Video Yared Lazarín M.


No puedo describir con palabras la experiencia, sólo puedo compartirles que una vez que seguí ambos consejos el “Dominó” me permitió nadar un muy largo rato junto a él o ella, pude percatarme realmente de su gran tamaño, no soy muy alta así que me medía con sus branquias, ¡qué sorpresa! parece que quepo completa en ellas, sus aletas laterales grandes, gruesas, firmes, su aleta dorsal erguida, grande muy grande, su aleta caudal enorme y poderosa parecía la vela de velero, su ojo derecho mirándome y el “Dominó” comiendo tranquilamente, el paseo duró mucho rato, vi las rémoras que traía como pasajeros, pude darme cuenta de la manera de filtrar su alimento.
Fotos Yared Lazarín M.




Cuando de repente me percaté que venía sola, que no tenía visibilidad, que así como había visto delfines, Mantas Diablo igual podía haber tiburones en el agua, mi miedo pudo más que mis ganas de seguir nadando junto al majestuoso Tiburón Ballena. Al detenerme él siguió su camino alimentándose; alce la vista y alcancé ver muy a lo lejos personas que me hacían señas con los brazos, muy amable el capitán de la embarcación la acercó a mi en lo que yo trataba de llegar a ellos, al abordar de nuevo me preguntaron que a dónde pensaba irme, todos muy asombrados del tiempo que el Tiburón Ballena me permitió estar junto a él. Sin duda alguna ha sido una de las mejores experiencias que he tenido con un animal marino.
Foto Yared Lazarín M.

El avistamiento se había acabado y con todos a bordo la embarcación regresó a puerto. Una vez ahí nos dejaron en el muelle, cada uno tomó rumbos distintos.

Foto Yared Lazarín M.

Nosotros fuimos a tomar algo refrescante y pudimos hacerlo en un restaurante cerca del mar, vimos muchas fragatas volando alrededor de las embarcaciones que seguramente regresaban de pescar.
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Foto Yared Lazarín M

Así como habíamos coordinado la llegada teníamos que hacerlo para salir de la Isla y poder tomar los camiones que nos regresarían primero a Cancún, luego a Playa del Carmen y el ferry que nos llevaría a Isla Cozumel.

Foto Yared Lazarín M

Algo que también supimos es que Holbox tienen los helados más sabrosos que hemos probado, en pequeños coches tradicionales de helado acondicionados con un techo, recorren la isla para que todos podamos refrescarnos.

Foto Internet

Llegamos a Cozumel y la sensación fue de querer regresar en algún momento para poder disfrutar de nuevo la experiencia.

Continuará…
Foto Yared Lazarín M.

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