lunes, 31 de agosto de 2020

Aventura por la Riviera Maya

2ª PARTE 

Llegó el día tan esperado para estar en el aeropuerto, el 20 de Enero de 2020, la llegada al aeropuerto era de madrugada pues el vuelo despegaba a las 6:00 am; teníamos que salir a tiempo ya que en Chetumal nos esperaba nuestro amigo e instructor de buceo de Isla Cozumel para acompañarnos en esta aventura.

Foto Cyana Todo Buceo


El avión estaba en pista conforme lo establecido, el abordaje comenzó sin contratiempo pero al estar en fila para carretear y despegar, nos detuvieron una hora cuarenta y cinco minutos sin movernos, dijeron que había un banco de neblina que no permitió despegar a los aviones anteriores pero a estas alturas y viendo cómo pasaban los minutos fue preocupante ya que nuestras actividades comenzaban a la 13 hrs en Bacalar y aún no teníamos idea de cuánto tiempo se haría desde Chetumal ya que teníamos que pasar por provisiones como nos indicó Enrique, “Compren lo que quieran, lo que se les antoje y lo que necesiten incluso pasar al banco pues en Bacalar no hay mucho y no encontrarán nada abierto a ciertas horas”.

Por fin el avión despegó y llegamos relativamente a tiempo lo que ocasionó que el auto que habíamos rentado no estuviera ya, tuvimos que rentar otro y luego averiguar lo del re embolso con la otra compañía.

Foto Internet

Era momento de saludar, preguntar cómo llegábamos a Bacalar y correr para poder llegar a tiempo ya que sólo sabíamos que el lugar a donde íbamos estaba sobre la carretera federal 307 y descubrimos que la señal de celular era fatal sólo a través de whatsapp y esto de repente podíamos comunicarnos.

El inicio del viaje fue emocionante (como todo lo demás) diría yo con más adrenalina de la necesaria pero muy emocionante.

Foto Cyana Todo Buceo

Tomamos la carretera federal, que resultó ser la que nos llevaría a todos los puntos del recorrido, saliendo del aeropuerto, por desgracia no había quedado claro con Enrique que el lugar al que teníamos que pasar por provisiones estaba dentro de Chetumal no a las afueras, así que nos estacionamos en una gasolinera y compramos lo necesario en la tienda de la misma.

El camino fue muy entretenido de plática pues teníamos un rato largo de no vernos, también tuvimos que ir muy atentos ya que los letreros escaseaban y además no estaban del lado derecho como se acostumbra sino el kilometraje y avisos estaban en el lado izquierdo a veces dentro de un camellón que dividía la carretera, así como los kilómetros eran raros, pasábamos cierta cantidad y de repente aumentaban.

Volvimos a detenernos en la que nos comentaron era la última gasolinera que encontraríamos y como ya no queríamos más sorpresas pues llenamos el tanque, pasamos al baño, compramos un poco de fruta y estiramos las piernas ya que había pasado una hora desde la salida del aeropuerto.

Foto Internet

Seguimos el camino pero no encontramos el letreo que nos indicaba el sitio de hospedaje y actividades por lo que decidimos orillarnos y mandar mensaje para ubicar el lugar. Para nuestra suerte estábamos a unos metros y llegamos muy a tiempo al lugar llamado “Veleandoando”.

Foto Cyana Todo Buceo

La entrada al lugar era por una terracería con algunos baches, el estacionamiento esta en la parte de arriba del terreno ya que se encuentra en declive, bajando del auto seguimos un camino que llevaba a la entrada; pudimos ver una especie de comedor enorme que luego supimos era la casa de los dueños, también teníamos frente a nosotros un pequeño pasillo lleno de plantas que llegaba a una escalera que bajaba directo al muelle que estaba en la Laguna de los siete colores, la vista, sobra decir lo maravillosa, ya que la hora a la que llegamos el sol iluminaba el agua rebotando los colores de la laguna, la oficina en la que nos registramos hecha de madera y techo de palapa.

Fotos Cyana Todo Buceo


Ya esperaban nuestra llegada así que Arcángel nos recibió y nos indicó nuestra habitación así como nos comentó que el velero ya estaba listo para nuestro paseo por la laguna.

¿Velero? Sí claro! La laguna de los siete colores hay que recorrerla en velero; hay varios horarios y servicios pero por la hora de nuestra llegada el recorrido era el de la tarde.

Foto Cyana Todo Buceo

Dentro del paquete contratado con “Veleandoando” teníamos el recorrido en velero tocando varios puntos del sitio, actividad de esnorquel, el uso de kayaks para recorrer el lugar, desayuno y por supuesto hospedaje.

Así entonces Don Mario se acercó a nosotros para ayudarnos a subir el equipaje, debo comentarles que la escalera fue todo un reto, el sitio está diseñado en forma sustentable por lo que todo está construido con materiales del lugar haciendo tono con el entorno.

Fotos Cyana Todo Buceo


Por supuesto ya teníamos hambre y Enrique no había exagerado en el que no tendríamos acceso a nada en el lugar. Bajamos a preguntarle a Arcángel dónde podíamos comer, muy amable nos mandó a un restaurante que nos dijo no tenía vista a la laguna pero era muy bueno llamado “Taco Loco”. El lugar estaba a 1 km antes de llegar a “Velandoando” así que podíamos ir en auto o bien caminar en contra sentido, eso sí, nos sugirieron hacerlo con mucho cuidado pues los autos casi no respetaban al peatón y la velocidad a la que viajan sobrepasa los 100km/hr.

Entonces muy contento comenzamos a caminar y la verdad no sabíamos qué era peor, si caminar sobre los pastos altos que estaban llenos de vida silvestre o bien más hacia la carretera con los autos pasando a gran velocidad así que optamos por hacer “fila india” y caminar uno detrás del otro.

Llegamos al lugar y en verdad el sitio valió la pena en todo sentido, la comida era exquisita, todo muy limpio, muy bien preparado, nos atendieron de maravilla y además no era nada caro. Comimos y no pudimos hacer mucha sobre mesa ya que había que regresar para cambiarnos e ir al velero.

Foto Cyana Todo Buceo

Continuará…

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