Aventura por la Riviera Maya

3er PARTE 

Ya listos en el muelle llegó otra pareja proveniente de Europa, en todos los sitios que visitamos los turistas fueron europeos. Nos dieron la explicación de seguridad, nos colocaron los chalecos salvavidas y comenzamos el viaje.

Nunca había subido a un velero, qué sensación tan relajante, en cuanto comenzó a adentrarse en la laguna todo el estrés que traíamos se disolvió como por arte de magia. Casi no hubo conversación abordo ya que los sonidos del entorno nos consumían la atención. Tanto el capitán como el marinero nos explicaban sobre la historia de la laguna, de los estromatolitos que eran un patrimonio y además estaban peligrando mucho por la gran cantidad de contaminación que se estaba produciendo por el desarrollo sin medida alrededor de la laguna, así como el uso de embarcaciones con motores a gasolina, que incluso la arena del fondo ya tenía sedimento muy contaminado y estaban perdiendo hasta los colores de la laguna. La explotación del lugar está afectando rápida y gravemente la Laguna de los Siete Colores.

Fotos Cyana Todo Buceo

El viento nos llevaba de forma tranquila sin problema pudimos realizar el esnorquel donde vimos los cangrejos dentro de sus conchas que nos habían mencionado con anterioridad. Cuando estábamos en el velero pudimos ver halcones y nos explicaron que eran del sitio, les llamaban “Halcones caracoleros” pues se alimentaban exclusivamente de caracoles.

Foto Cyana Todo Buceo

Vimos una construcción en el lugar parecida a un barco a un costado del canal de los piratas, frente a éste muy a la distancia el Fuerte de Bacalar. El lugar del Canal de los piratas es el sitio por donde entraban ellos hacia Bacalar por eso es que el Fuerte tiene la vista a este sitio.

Foto Cyana Todo Buceo

Estuvimos un pequeño rato ahí, la profundidad era como de un metro y la temperatura del agua bastante agradable, tomamos fotos y de nuevo al velero, fuimos hacia el Cenote negro donde está prohibida la entrada a las embarcaciones para evitar quebrar las paredes del mismo.

Foto Cyana Todo Buceo

Su nombre lo dice todo. Estar navegando en la laguna con luz y colores, llegar a la orilla del cenote y ver una completa oscuridad es impactante. Nos dieron algunas anécdotas y mitos del sitio pero el viento comenzó a cambiar y cuando tu experiencia te permite ver cómo cambia la cara del capitán no te queda otro remedio que preguntar si todo está bien.

Foto Cyana Todo Buceo

Efectivamente el viento comenzó a cambiar y a disminuir su velocidad lo que no es buena señal para un velero. El capitán nos dijo que no iríamos a la Isla santuario de los pájaros pues no creía que pudiéramos regresar sin viento.

Foto Cyana Todo Buceo

Así que intentó llevarnos a otra pequeña isla que también estaba habitada por aves, en el recorrido por la hora que era pudimos ver muchos halcones alimentándose muy cerca de nosotros, lo que nos permitió ver cómo atrapaban a los caracoles cuando salían a respirar, cómo detenían la conchas en sus garras y con su pico curvo sacaban al caracol arrojando las conchas de nuevo al agua, en verdad fue increíble poder verlo.

Foto Cyana Todo Buceo

Y pues el capitán tenía toda la razón, de repente mucho antes de poder llegar a la isla el viento se detuvo por completo lo que nos dejó a la altura del Fuerte pero en el centro de la laguna. El muy apenado y todos los pasajeros sin mortificación gozábamos de un maravilloso atardecer. El capitán aprovechó la situación y nos ofrecieron la fruta que venía incluida en el recorrido. Al ver que definitivamente el viento no llegaría y que la luz natural estaba a punto de terminarse, pidió auxilio a un velero catamarán con motor que nos rescató remolcando el velero y nos llevó al muelle del hotel, que supimos en ese momento era el muelle principal de la zona.

Fotos Cyana Todo Buceo

Por supuesto la hora a la que llegamos ya no había luz lo que nos permitió disfrutar del cielo estrellado pero se veían unas nubes de tormenta aproximándose. Entonces decidimos subir a bañarnos y tomar el auto para ir kilómetros atrás al pueblo de Bacalar, tratar de encontrar un sitio para cenar y aprovechar para conocer el lugar, ya que al día siguiente partiríamos rumbo a Xcalak.

Continuará…